15 de octubre: Día internacional del duelo perinatal. Cómo vivirlo y cómo acompañar

El 15 de octubre se conmemora el día internacional del duelo gestacional, perinatal y neonatal, una fecha para dar voz a esas pérdidas que tantas veces se viven en silencio: embarazos que no llegan a término, bebés que nacen sin vida o fallecen poco después del nacimiento.
Hablar del duelo perinatal es romper un tabú. Es reconocer que ese bebé existió, que fue querido, y que su ausencia deja una huella real.


Qué sabemos sobre el duelo perinatal

La ciencia lo confirma: el duelo perinatal es una experiencia emocionalmente intensa y única. Puede incluir tristeza profunda, culpa, ansiedad, aislamiento o incluso síntomas similares al estrés postraumático.
Su intensidad depende de muchos factores: el momento de la pérdida, la experiencia médica, las expectativas, el apoyo recibido y las creencias personales.

El apoyo social y sanitario empático es una pieza clave. Contar con acompañamiento profesional y con redes de apoyo (familia, amistades, asociaciones) ayuda a evitar que el dolor se cronifique.
También sabemos que poder despedirse del bebé, verlo, sostenerlo, ponerle nombre o crear recuerdos son actos que facilitan la elaboración del duelo.

Durante años, en los hospitales no se permitía a las madres ver a su bebé fallecido. Se retiraba rápidamente, creyendo que así se “evitaba sufrimiento”. Hoy sabemos que negarse a ese encuentro puede dejar una herida aún más profunda.
Cada vez más centros sanitarios permiten ahora rituales de despedida: vestir al bebé, tomarle fotos, escribirle una carta, o permanecer un tiempo juntos gracias a herramientas como las “cunas de abrazos” (dispositivos que conservan el cuerpo del bebé unas horas para permitir un adiós más tranquilo).


Aspectos legales y avances recientes

El reconocimiento del duelo perinatal también ha llegado al ámbito legal y social:

  • Derecho a recuperar el cuerpo del bebé: una sentencia del Tribunal Constitucional garantiza que los padres puedan recuperar el cuerpo para despedirse o enterrarlo, sin importar las semanas de gestación.
  • Inscripción en el Registro Civil: desde agosto de 2023, los bebés fallecidos antes de nacer (con más de 180 días de gestación) pueden inscribirse en el “Archivo de nacidos sin vida” y recibir un nombre. Antes se utilizaban expresiones frías como “criatura abortiva”.
  • Libro de familia: si el bebé nació con vida, aunque fuera por poco tiempo, puede inscribirse igual que cualquier otro hijo, y se expide un certificado de defunción.
  • Derecho a baja maternal: cuando el embarazo supera las 26 semanas (180 días), la madre tiene derecho al permiso de maternidad completo.
  • Reconocimiento simbólico: cada vez más ayuntamientos y cementerios crean espacios del recuerdo o “jardines de las mariposas”, donde las familias pueden despedirse y mantener un lugar físico de homenaje.

Estos cambios, impulsados por familias y asociaciones, son pequeños pasos hacia una sociedad que valida el dolor y el amor que hay detrás de cada pérdida.


Cómo vivir el duelo

  1. Permítete sentir. No hay una forma “correcta” de hacerlo. Llora, guarda silencio, enfádate, habla… cada emoción tiene su lugar.
  2. Busca apoyo. Hay psicólogas especializadas en duelo perinatal y grupos de acompañamiento donde compartir tu experiencia puede ser liberador.
  3. Comunica tus necesidades. Explica a quienes te rodean qué necesitas: espacio, compañía, silencio, escucha.
  4. Crea rituales de despedida. Escribir, plantar un árbol, guardar un objeto simbólico, mirar fotos… cualquier gesto que te conecte con ese vínculo.
  5. Cuida tu cuerpo. Comer, descansar y moverte ayudan a sostener el proceso emocional.
  6. Recuerda a tu bebé. Nombrarlo, hablar de él o incluirlo en tu historia no impide sanar; al contrario, forma parte del proceso.
  7. Sé paciente contigo misma. El duelo no tiene fecha de caducidad. Avanza a tu ritmo.

Cómo acompañar a alguien que lo vive

  • Reconoce la pérdida. Un “lo siento mucho” vale más que mil frases vacías. Evita minimizar (“ya tendrás otro”, “todo pasa por algo”).
  • Escucha sin juzgar. A veces no hay nada que decir, solo estar.
  • Ofrece ayuda concreta. Cocinar, cuidar a otros hijos, acompañar al hospital.
  • Respeta los tiempos. No todas las personas necesitan lo mismo, ni al mismo ritmo.
  • Recuerda las fechas importantes. El día que habría nacido, el aniversario de la pérdida… un mensaje o una flor pueden significar mucho.

Asociaciones y entidades que acompañan el duelo perinatal

En España existen asociaciones que ofrecen acompañamiento psicológico, legal y emocional, además de trabajar por la visibilización y los derechos de las familias:

Algunas de ellas colaboran con hospitales o maternidades para crear ropita, mantitas o recuerdos (huellas, pulseras, cajitas simbólicas) que permiten a las familias conservar un vínculo físico y emocional con su bebé.


Romper el silencio

El duelo perinatal sigue siendo un duelo invisible, pero no por eso menos real.
Hablarlo, escucharlo y acompañarlo con respeto es una forma de amor y reparación.
Si has pasado por ello, no estás sola.
Y si conoces a alguien que lo ha vivido, tu presencia y tu empatía pueden ser su mayor consuelo.

Y recuerda, alguien que ha perdido a su bebé, por temprano que sea, ya es mamá.

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